martes, 2 de junio de 2009

English Spoken Here

Tengo la manía de leer todo lo que pasa por mis manos. Novelas, revistas, prensa, hasta las etiquetas de los cosméticos y los folletos publicitarios. En los aviones, me leo las revistas gratuitas. Primero me leo el texto en inglés, y después en español para ver si lo he entendido correctamente. Esto me ayuda a olvidar el dolor de mis rodillas encajonadas en el respaldo del asiento delantero. En este proceso encontré esta joya, que no puedo menos que presentaros:
En la revista de Mayo de Spanair, hay un infecto reportaje sobre Madrid durante las fiestas de San Isidro. Además de indicarnos que durante esas fechas “Madrid huele a fritada de gallinejas y entresijos” (Y yo sin saberlo), nos dicen:
“Tampoco podía faltar en las fiestas más castizas un cartel de lujo de la Feria Taurina de San Isidro en la plaza de Toros de las Ventas, la mejor del mundo.”, traducido al inglés de la siguiente manera: “In this most tradicional of festivals we couldn’t do without a richly-decorated poster for the San Isidro Bull Fight in the Las Ventas bullring, the best of the world”. Inmediatamente me imaginé a los turistas buscando afanosamente un ejemplar del cartel original por las tiendas de souvenirs de Recoletos, y su desilusión al encontrar sólo la reproducción barata con el hueco “Your name here”.
En el caso anterior, el traductor al inglés realiza una gran faena, aunque la construcción gramatical del texto original no le ayudaba demasiado. Desgraciadamente, este no es un hecho aislado. Hay cientos de ejemplos de traducciones malísimas. Si tienes alguna noción del idioma original, te das cuenta enseguida de que han traducido al pie de la letra y han dejado el párrafo sin sentido. Un ejemplo claro es el libro “El laberinto de la rosa” de Titania Hardie, editado por Suma. El libro en versión original tampoco debe valer demasiado, pero la traducción es espectacularmente mala. Tampoco tienen desperdicio las traducciones de los manuales de usuario de cualquier aparato electrónico, o las pegatinas de algunos productos que ponen para cumplir la legislación. Luis Piedrahita tiene unos monologos divertidísimos en El hormiguero llamados “la letra pequeña” basados en estas traducciones.

¿Por qué se ha llegado a esto? Estas son algunas de las razones que se me ocurren. La primera es que las traducciones se pagan horriblemente mal. La segunda es que los supervisores y correctores no saben escribir en ninguno de los dos idiomas. La tercera es que siempre hay alguien que dice “Yo tengo un primo que sabe mucho inglés”. La cuarta son los traductores automáticos de los buscadores de internet. Por ejemplo, si ponemos las primera razón de este párrafo en el traductor de Google, sale los siguiente: “ The first is that the translations are paid horribly wrong.” Casi J.

A nadie le importa el resultado. Como casi nadie se lee las instrucciones, no hay por qué preocuparse. Y si el texto traducido pasa las correcciones de Word, que más da que tenga sentido o no. La verdad es que este problema tiene muy fácil solución. Es simplemente un tema de dinero y dedicación. Si se pagara bien a los traductores y se supervisara mejor su trabajo, seguro que el producto final mejoraría.
Aunque hay otras soluciones brillantes. La Dirección de Turismo de Cantabria ha aplicado la más eficaz para evitar errores: No traducir. En su web de turismo, en cinco idiomas, todas las nuevas entradas se publican en español. Así no fallan.
http://english.turismodecantabria.com/cantabria/noticias.asp?id_categoria=5
En esta web, encontramos otras cosas curiosas. Cuando describen los límites de la Comunidad, lo hacen de la siguiente manera:
“Its boundaries are defined by: the Cantabrian Sea in the north, the Principality of Asturias in the west, Palencia and Burgos (Castilla And León) in the south and Vizcaya (part of the self-governing region of the Basque Country) in the east.”
¿Por qué traducen Euskadi ( ó País Vasco, no vaya a herir susceptibilidades) y no al resto de Comunidades?. ¿Es que no les salía la traducción en Google Traductor?. Con lo bonito que hubiera quedado “Castille And Lion”. Y a propósito, Asturias, Cantabria y Castilla-León también son “self-governing regions”. Menos ruidosas, pero con los mismos despilfarros presupuestarios.

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