lunes, 28 de diciembre de 2009

Navidad, Dulce y ¿prohibida? Navidad

Finales del 2009. De nuevo los mismos festivales en el colegio de mis hijos, las comilonas con las familias y los regalos. También el mismo sorteo de lotería, donde la gente se vuelve loca por 1.000€ en una pedrea. Todo huele a tradicional y entrañable.


Pero hay algo nuevo. Este año el Festival de Navidad del colegio ha cambiado su nombre a Festival de Invierno, y Mr Peters, el jefe de ceremonias, estuvo todo el rato pidiendo disculpas, explicando que este festival se llevaba haciendo muchos años, y que no era la celebración de la navidad, sino una exhibición de lo que los niños habían aprendido durante las clases. En el Corte Inglés, cuando te envuelven los regalos, las pegatinas tienen mensajes sosos y en ninguna de ellas pone “Feliz Navidad”. Y en la tele, todo el rato predican que no ofendamos a otros con mensajes navideños, belenes o árboles de navidad. Incluso Vodafone nos dice que celebremos nuestro Borabon con la familia. Ante todo esto, una pregunta revolotea por mi cabeza: ¿Estamos todos tontos?

Vivo en España. Desde pequeñito, y por lo que me cuentan mis mayores incluso se hacía desde antes, hemos ido celebrando cuatro días señalados: Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y Reyes. También celebré en su época Fin de Año, esa noche en que todo el mundo tiene que pasárselo bien y emborracharse por obligación. De estos cuatro días tres tienen que ver con el nacimiento de Jesus. Algo bastante natural en un país con tradición católica. Y ahora, por no ofender a algunos, ¿vamos a tener que camuflar todo esto? Yo no soy católico, pero la gente que me rodea sí lo es. Siempre he respetado que vayan a la misa del gallo, que disfruten con la Caravana de los Reyes, que monten un belén y que canten canciones con letras absurdas para celebrar el nacimiento de Cristo. Y por más que repaso, no me he sentido ofendido. Es más, siempre me he sentido acogido y respetado por aquellos que las celebraban con fervor. Igual que cuando en uno de mis viajes me invitaron a una Fiesta del Cordero en Marruecos.

Creo que estamos llegando a un punto de estupidez extrema. Los “modernos” piensan que estas demostraciones de creencias y cariño pueden ofender a aquellos que no creen en la natividad. Y no hacen más que mandar mensajes para que les respetemos. Vamos, que para que la gente de otras creencias no se sientan ofendidos, se les obliga a los cristianos a que escondan las suyas.

En mi opinión, la libertad de culto implica que cada religión celebre sus fiestas cuando toquen. Y el resto de personas, que se unan a la fiesta o que sigan con sus costumbres. Si uno no cree en la Navidad, que no la celebre. En eso consta la libertad desde mi visión personal. El mundo será libre cuando los cristianos celebren su Navidad o su Semana Santa, los musulmanes su fiesta del cordero o sus peregrinaciones a la Meca, y los judíos sus Bar Mitzvá y Bat Mitzvá y a nadie de otras religiones les importe. Sin embargo, si para no ofender a unos creyentes los otros no pueden celebrar sus cosas, creo que nos estamos equivocando. Y que este comportamiento es el que ayuda a avivar las diferencias. Porque si a un católico practicante le prohíbes celebrar sus ceremonias para no ofender a un musulmán lo normal es que se cabree. Lo de poner la otra mejilla solo lo hacen los santos, y de esos quedan muy pocos.

En realidad creo que detrás de todos estos “modernos” están los extremistas. No los fundamentalistas religiosos, que los hay y son también muy peligrosos, sino los ateos extremistas. Son aquellas personas que no creen, y que se empeñan en que los demás tampoco creamos, los que realizan proselitismo por la no creencia, y se ofenden cuando los creyentes lo hacen para difundir su religión. Son esos a los que les jode que se retransmita el mensaje del Papa por la tele, o que el Rey nombre a Dios en su mensaje navideño (Ya no lo hace desde el año 2000). Su guerra es contra el cristianismo. Los otros no son más que una buena coartada.

No se vosotros, pero cuando mi amiga Ashisa me dice “que Alá te bendiga” me siento halagado. Igual que cuando mi tía Maria Teresa me dice “Ve con Dios”. Las dos están pidiendo por mí, cada una a su manera.

5 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, toda, claro que... bajo mi punto de vista

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  2. Muy bueno y claro. Me lo recomendó leer un amigo común y me pareció muy interesante. ¡Feliz Navidad!. Dios te bendiga.

    Un cura

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  3. Víctor:

    Ten en cuenta la existencia de dos nuevas religiones paganas: el ecologismo y el ateismo. Ambas cuentan con sus dogmas y, además, con forzar la aplicación de sus teorías incluso por Ley.

    Un abrazo.
    JL Aguirre

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  4. Enhorabuena por tu valentía. Pocas personas se atreven a hablar tan claro y con tanta ironía.

    Enhorabuena porque consigues con un tema tan serio, arrancar una sonrisa

    Ya estoy deseando leer tu próximo comentario.

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  5. El problema está en que a los católicos que defendemos nuetras creencias con valentía nos tachan de "fundamentalistas", mientras que a los que atacan nuestras tradiciones y ofenden continuamente a nuestra religión se considera que enarbolan la bandera de la libertad; y efectivamente como tu dices los radicales son ellos, los intolerantes son ellos. Muy bueno Victor, hay que despertar a la gente. MARA

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