jueves, 22 de abril de 2010

Bibiana, yo no quiero ser como tú.

A la atención de Bibiana Aido.


Estimada Sr Ministra:

Tengo que reconocer que cuando la nombraron me sentí mal. Nada más leer su nombramiento pensé: “otra Pajín sin oficio ni beneficio a chupar del bote por culpa de las cuotas”. Pero enseguida sentí remordimientos. Estaba prejuzgando a una mujer joven, que aceptaba defender los derechos de las menos favorecidas. Hice acto de constricción y decidí esperar acontecimientos antes de opinar. Hay muchas cosas que se pueden hacer por las mujeres: Las jubilaciones y pensiones de las amas de casa, la violencia machista, la discriminación en el trabajo, los abusos sexuales, la trata de blancas, la ablación, los matrimonios concertados, ect. Aunque todos estos flecos de la antigua esclavitud están bajo la responsabilidad de otros ministerios, quizás una voz especializada haría que todos nos concienciáramos sobre ellos más rápidamente.

Pero entonces, como “miembra” del gobierno empezó a actuar. En vez de quedarse calladita en un rincón, empezó a comparecer públicamente. Y este último mes ha sido una gran cosecha de despropósitos:

Se escandalizó y puso el grito en el cielo porque los anuncios de contactos en la prensa eran en realidad anuncios de prostitución, y dijo que había que prohibirlos. Solo se me ocurrían tres posibilidades para esta actuación:

-Que por fin había empezado a leer la prensa.

-Que gracias a su esfuerzo y dedicación había descubierto lo que era un “francés”, una “cubana” o un “griego” cuando iba seguido de la frase “aceptamos Visa”.

-Que Rodriguez “Capitán Kirk” Zapatero le hubiera dado órdenes de acallar a la prensa, amenazando con cortarles una de sus fuentes de ingresos si no ponían fin a las críticas sobre su actuación planetaria.

Cualquiera de estas tres opciones era patética. En las dos primeras demostraba su incompetencia, pero en la tercera apuntaba a ser un instrumento en manos del jefe supremo, que la iba a usar como bufona y mensajera.

Propone prohibir la lectura de cuentos como “La Cenicienta” o “Blancanieves” en los colegios por sexistas. Vaya grandísima gilipollez. Por más que le doy vueltas, no encuentro el sexismo por ningún lado. ¿Es por qué las “malas” son mujeres? ¿Por qué las dos limpian sus respectivas casas?. ¿O quizás por qué las dos dan un braguetazo con un príncipe azul?. Pero si aún así quiere mantener vivo este tema, aquí le doy un par de clásicos para que añada a la lista:

-El soldadito de plomo: clara burla a las minusvalías, un ataque directo al amor libre, y además hay un crimen pasional.

-“Othelo” de Shakespeare: un claro ejemplo de violencia machista. Para mas inri, el protagonista es de raza negra para avivar la llama racista.

-Mortadelo y Filemón: la única “personaja” femenina es gorda y fea, y todos se ríen de ella en el trabajo.

Y el tercer tema, para mí el más grave: justifica la inclusión de las clínicas de abortos de Andalucía dentro de la política de descuentos del Carnet Joven, aludiendo que las empresas privadas tienen derecho a realizar promociones de sus productos, como hacen los restaurantes, tiendas de moda o cines.

Aún eliminando la variable moral del sistema de ecuaciones del aborto (no creo que se pueda eliminar, pero parece que a usted hay que plantearle modelos sencillos para que los entienda), el aborto es una intervención médica que provoca un grave desajuste hormonal en las chicas. Y para algunas de ellas es un acto triste. El aborto lo debe practicar personal especializado, y posteriormente debe haber un seguimiento ginecológico y psicológico por parte de los médicos, familiares y amigos. Abortar no es algo tan sencillo como tomarse una hamburguesa. Quitarle importancia al aborto, convertirlo en algo banal, es una actuación irresponsable que va en contra de esas mujeres a las que se supone que debe defender.

Gracias a usted ya me siento mejor. Ya no me arrepiento de mis pensamientos. De hecho me apetece escribir un cuento sobre usted. La trama argumental sería la siguiente:

-Erase una vez una inútil que estaba buscando su camino en la vida. Sin pasado profesional ni político, el porvenir se presentaba oscuro. Pero un día la llama el Presidente y le ofrece un puesto vacío de contenido creado para demostrar al mundo que su gobierno es plural y moderno. Ella no lo duda. Como el Príncipe Azul ya está cogido, decide pegar el pelotazo con “Papá Estado” y asegurarse el futuro. Sólo tendrá que actuar como el nuevo payaso/payasa gubernamental, hacer el ridículo unas cuantas veces y desviar la atención de los temas importantes. Con la renta vitalicia ya asegurada, se me ocurren dos posibles finales: que acabe como tertuliana en radios y televisiones junto a Belén Esteban o, mejor aún, que cumple a la perfección su papel de “chorrabobas” y como premio la mandan a Europa como diputada.
Colorín colorado.

1 comentario:

  1. Víctor: muy atinado

    Te diré algo que, probablemente, hayas leído y es que como Aido tiene que "feminizar" todos los sutantivos y adjetivos ("miembra"), ella no es un cargo público sino una "carga pública"

    J.L. Aguirre

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