viernes, 8 de agosto de 2014

Un cuento de verano: jugar online en el pueblo

RealGoofy se agachó para recuperar el aliento. En algo le ayudaba el aroma a eucalipto que le rodeaba, procedente de los bosques aledaños. Entre grandes bocanadas, miró la pantalla del móvil. El icono de cobertura había pasado de “G” a “E”. Primera prueba superada.
Así que el pastor tenía  parte de razón. “En la cima se puede hablar por teléfono. Es muy pindio, pero seguro que un mocetón como tu puede triscar pa’ arriba sin problemas”. Acertó con lo de la cobertura.  Pero falló en lo de subir sin problemas.  Las ortigas se habían ensañado con sus canillas, y las hormigas con sus dedillos.
 Nota: para mañana descartar las flip-flops y bermudas para andar por el bosque.
Las vistas eran increíbles. Bosques de castaños y eucaliptos por todas partes, y allá abajo el pueblo. Un bonito pueblo con sus casitas de piedra, sus vacas, sus huertas, la ermita… Todo muy clásico. Incluida  la conexión telefónica. Centralita analógica en las líneas fijas, y GPRS en los móviles. Descargarse el correo era una prueba para el Santo Job, así que conectarse a  The Settlers Online  estaba clasificado en la sección “Leyendas Urbanas”. 
RealGoofy, fiel miembro del clan Xperience [XP], había empezado sus vacaciones desplazándose a la ciudad para conectarse al juego. 13 km de ida, cafetito y buñuelos mientras se gorroneaba la WIFI de un hotel durante un par de horas, 13km de vuelta. El Net PC con pantalla de 10” era utilizable más que útil pero RealGoofy aprendió rápidamente los atajos. El menú de edificios era el único que dejaba el aspa de cierre en lugar visible. Solo había que pasar siempre por él para poder cambiar de menú.
Y entonces llegó la señal divina en el tópico formato de pastorcillo. Senén además de 40 ovejas y 10 cabras tenía un android de última generación y le gustaba jugar al Candy Crush bajo el nick QueVieneelLobo666. Después de arduas investigaciones, descubrió la conectividad Edge que llegaba desde la autopista en un rebote de una ladera hasta la cima del risco. Sólo a 1,5 Km.
Lo que no había dicho es que el kilometro tenía un gradiente del 18%. Ni que la senda no la usaban ni los ciclistas de descenso extremo del equipo Red Bull.
Nota: EL Red Bull no sirve como bebida con la boca pastosa. Hace masa. Para mañana traer agua. Mucha agua.
Pero a pesar de todo RealGoofy lo había conseguido. 3 horas de subida, dos culadas y varios picotazos después, tenía cobertura. Solo quedaba activar “Mi zona Wifi” en el smartphone, conectar el Net PC, loguearse… ¡@!#! “Misión de Gremio: acabar 2 aventuras y donar 40 carros”
Nota: Para mañana traer unos donuts, un saco de dormir y un grupo electrógeno

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