jueves, 7 de junio de 2012

Las nuevas estafas por internet, ¿son realmente nuevas?


A pesar de lo que algunos expertos plantean en algunas mesas redondas, yo creo que los usuarios de internet son tan tontos como el resto de la sociedad. O tan listos. Sencillamente porque son los mismos. Y es que desde que el mundo es mundo han existido chorizos intentando engañar a los demás, y pardillos que picamos. El tocomocho, el beso del sueño, las cartas nigerianas, las ventas piramidales, son estafas con un rancio abolengo. No ha quedado registrado, pero estoy casi seguro que a algún cruzado despistado le vendieron la pirámide de Gizeh como material de construcción para su nuevo castillo.
El phising, los spyware, los ordenadores zombies, el timo del teletrabajo no son más que la evolución de estos engaños para aprovechar  las nuevas tecnologías, como ya se ha hecho anteriormente con  las suscripciones encubiertas en sorteos por SMS, los falsos inspectores del gas, las tarjetas clonadas en restaurantes o las participaciones preferentes sin reembolso, por poner algunos ejemplos. ¿Acaso no se vendían minas de oro falsas en Alaska y viagras vegetales antes de la invención del email?
Que las estafas sean todo un clásico no significa que no reaccionemos. Ya deberíamos saber que hay que actuar lo más rápido posible para dificultar al máximo la actividad de los tecno-delincuentes:
-La justicia debe dedicarse a perseguir a los malos, y actualizar sus métodos utilizando también las nuevas tecnologías, como han hecho con los radares de carretera, las videocámaras o las escuchas telefónicas.
-Los legisladores tienen que darle armas a la justicia para la lucha: definir los nuevos delitos, regular los nuevos mercados internacionales, firmar tratados internacionales para poder perseguir a los malhechores hasta Liberia o Cualquieriskistán si llegara el caso, como han hecho en otros casos: la ley del secreto bancario, la regulación de los SMS Premium o las creación de los mercados financieros regulados.
-¿Y los simples mortales? Tenemos que actualizar nuestros sistemas de enseñanza y aprendizaje a los nuevos tiempos: a la manidas frases “No se venden duros a peseta”, “no aceptes invitaciones de desconocidos”,  “nunca firmes nada que no hayas leído antes” ó “nunca te fíes del comercial de tu banco” habrá que añadir otras de nuevo cuño como “nunca mandes tu login/password por email” ó “nunca instales un app en tu tablet si no conoces su procedencia”.
Soy un tipo optimista, y nunca pierdo la esperanza de que algún día les podré decir a mis hijos: “ Y mira que te lo dije veces, pero tú ni caso”.

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