“Erase una vez un alcalde
que sufría el síndrome de madre hiperprotectora. No podía vivir con la
sensación de que sus conciudadanos estaban poco protegidos ante las tretas de
truhanes y ladrones. Y escribió un reglamento donde prohibía todas las
actividades que suponían un peligro potencial y definió todas las posibles responsabilidades de todos
los actores de su indefensa ciudad ante una acción delictiva. Los artículos iban
en esta línea:
[…]-El Banco de España deberá vigilar el uso de los billetes
de 500€ para evitar que sean usados en el timo de la estampita. Si esto llegara
a suceder, el Banco será co-responsable del timo y sufrirá las consecuencias de su ineficacia.
-Para evitar la presencia de traficantes en las calles de la
ciudad, a partir de ahora las nuevas edificaciones deberán prescindir de las esquinas, para eliminar las zonas de intimidad de los
callejones[…]
Al leerlo, la gente se dio cuenta enseguida de sus buenas
intenciones y de que el edil vivía en la higuera.”
Espero que os haya gustado el cuento. Porque el nuevo reglamento
de la Privacidad en Internet que se está cociendo en España va en esta línea. Entre muchas otras cosas, quieren prohibir las
cookies*, sobre todo las llamadas “cookies de terceros” y hacer responsables de
su control a los websites donde se publiquen los links que generen esas
cookies.
Esta regulación no tiene ningún sentido por muchas razones, he
aquí dos de ellas:
1º-Las cookies en sí mismas no son malas y pueden llegar a ser muy útiles. Gracias a ellas los buscadores reconocen mis intereses y adaptan sus resultados a mis gustos, evito tener que meter login/pasword en los sites que visito habitualmente, abaratan la investigación de mercados y por lo tanto el desarrollo de nuevos productos, permiten la personalización de contenidos...
2º-Controlar las cookies desde un órgano policial es
imposible. Si se llega a publicar el reglamento, antes de que se seque la tinta
del BOE se habrán desarrollado nuevas formas de captura de información de la
navegación de los usuarios. Siempre la tecnología irá por delante del vigilante,
entre otras cosas porque las cookies generan negocio, y siempre habrá dinero
para investigar.
Cierto es que la privacidad es algo muy sensible e
importante, también en internet. Pero creo que tiene mucho mas sentido una
campaña informativa/formativa bien dirigida a los usuarios para enseñarles los riesgos de compartir
información confidencial y que aprendan
a gestionar su intimidad en la red.
Cuando yo era joven llevar casco en la moto era de cobardes.
La DGT realizó una buenísima campaña de concienciación, y actualmente el tonto
es el que no usa el casco. Y no hizo falta prohibir las motos.
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